Ucrania acusó el jueves a Rusia de permitir que rebeldes prorrusos metieran a través de la frontera tres tanques y otros vehículos militares hacia el este del país para luchar contra el Ejército de Kiev.

La prueba de que Moscú está enviando armas o ayudando militarmente a los rebeldes involucraría a Rusia en la revuelta contra los líderes ucranianos prooccidentales, lo que desmentiría la negativa de Rusia de haber jugado algún papel durante las semanas que ya ha durado la confrontación.

El ministro del Interior de Ucrania, Arseny Avakov, evitó acusar directamente a Moscú de enviar los tanques, pero dejó en claro que hacía responsable al presidente ruso, Vladimir Putin, por incumplir su promesa de ajustar los controles fronterizos.

Poniendo de manifiesto su preocupación, el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, debatió la situación con sus jefes de seguridad y defensa y luego habló con Putin por teléfono y le señaló que la situación era “inaceptable”, dijo su portavoz.

Periodistas de Reuters vieron dos tanques en la ciudad fronteriza de Snizhnye, en el este de Ucrania, pero dijeron que no estaba claro de dónde procedían o si habían sido usados previamente por el Ejército ruso o ucraniano. No tenían marcas identificativas que mostrasen que se trataba de tanques rusos.

“Hemos visto pasar columnas con (…) vehículos blindados, piezas de artillería y tanques que, según nuestra información, llegaron a través de la frontera y esta mañana estaban en Snizhnye”, dijo Avakov en Kiev.

El ministro indicó que las columnas habían cruzado la frontera a través de uno o varios puntos de control tomados por los rebeldes, “a pesar de los comunicados de la Federación Rusa que respaldan el proceso de paz y (que señalan) que ha dado órdenes de reforzar los controles fronterizos”.

Una de las columnas, dijo Avakov, entró a Ucrania por la zona de Dyakove en la región de Luhansk, antes de avanzar a la vecina Donetsk. Las fuerzas ucranianas se enfrentaron con ella.