Publicado En: Dom, abr 19th, 2015

Biógrafo del Papa Francisco: “Es un Maquiavelo Santo”

Austen Ivereigh es el biógrafo del Sumo Pontífice y en entrevista exclusiva con Publimetro revela detalles sobre el rumbo que el Príncipe de Iglesia le está dando a la institución religiosa más influyente del mundo.

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El doctorado de Austen Ivereigh en la Universidad de Oxfordsobre Iglesia y política en Argentina  y su trabajo como cofundador de Voces Católica revelan cómo este periodista inglés ha permanecido conectado con la Iglesia. Con una profunda investigación sobre el período jesuita de Giorgio bergoglio, el Papa, Ivereigh muestra el proceso que atravesó el Sumo Pontífice para convertirse en el líder que hoy es.

¿Por qué crees que muchos han catalogado tu libro como la mejor biografía del Papa o la biografía definitiva?

Algunos lo han descrito como ‘definitiva’ pero yo creo que ese juicio es prematuro. Queda mucho más investigación por hacer y habrá otras que se beneficien de mi trabajo tanto como “El Gran Reformador” se ha beneficiado de las biografías anteriores. Creo que mi aporte principal ha sido la comprensión de Francisco en su etapa jesuita. Soy el primer biógrafo que ha leído todo lo publicado por él en revistas jesuitas a lo largo de los 1970 y 1980, lo que me ha permitido ver que hay una gran continuidad en su pensamiento y su convicción, y que su vocación de reformador estaba presente desde el inicio.

¿El Papa es en realidad una figura tan cercana como se le ve en los eventos o en las transmisiones televisivas?

Sí. Es tremendamente cálido, y me impresiona cuánto tiempo da a otros y a sus necesidades, aún siendo Papa. Es un gran pastor, con una capacidad de cercanía impresionante.

¿Se podría decir que el Papa ha sabido perfilarse como un líder?

Es un gran líder. Sabe gobernar y utilizar el poder. Es un Maquiavelo santo. Tiene ese don de liderazgo que en manos de personas no tan desinteresadas puede ser peligroso. En este momento es el líder mundial más destacado y más importante, un referente para otros líderes.

¿Cómo ves la relación del Papa con la política y los círculos de poder?

En Argentina tenía relaciones muy estrechas con muchos políticos, porque le interesaba construir un nuevo género de política, basado en lo que él llama la cultura del encuentro. Se puede decir que es el trabajo de su vida. En el libro narro cómo, después del colapso del Estado y de la economía argentinas en 2001-2002, Bergoglio buscaba una reconstrucción de la política desde la sociedad civil. Los Kirchner siempre resistían, pero después de los Kirchner se abrirán nuevos espacios creados por él. Será interesante ver ‘el efecto Francisco’ en la época post-Cristina.

¿Cuál crees que es el mayor reto del Papa Francisco?

El de convertir la cultura de la Iglesia universal, para que sea auténticamente misionera y evangelizadora, y para que muestre y demuestre la misericordia divina, que es la verdadera naturaleza de Dios. Francisco está convencido que la experiencia de la misericordia, del amor de Dios, dicho de otro modo, expresado directamente o por manos de otros; convierte a las personas, abriéndolas a nuevas posibilidades. Primero la experiencia, después la doctrina.

¿Se podría decir que el Papa es un revolucionario?

A él le preguntaron eso en una entrevista y contestó: “Para mí, la gran revolución es ir a las raíces, reconocerlas y ver lo que esas raíces tienen que decir el día de hoy. No hay contradicción entre revolucionario e ir a las raíces.” Por eso en el subtítulo lo llamo ‘radical’, porque vuelve a las raíces, a depender de la fuerza de Dios y no del poder.

¿Puedes contarnos alguna anécdota del sumo pontífice?

A mí me gustan las muchos ejemplos de cuando él demuestra que las personas priman a las instituciones y las tradiciones, y cuando muestra su enfoque pastoral. Como cuando estaba bautizando en la Capilla Sixtina, e invitó a las madres a amamantar a sus hijos si tenían hambre. O cuando en la plaza de San Pedro un miércoles de mucho calor se preocupó por un niño que no tenía cubierta la cabeza. Es  alguien que al mismo tiempo ve el horizonte lejano y se preocupa por la persona frente a él. Como Jesús.