Publicado En: Mar, oct 28th, 2014

Cohete norteamericano estalla en pleno despegue. Impacto internacional. No hubo víctimas

Una impactante explosión de un cohete estadounidense no tripulado se produjo esta tarde de martes en el estado de Virginia, Estados Unidos.

El ingenio, un cohete “Antares” que transportaba el carguero espacial automático “Cygnus”, estalló poco después de comenzar su abortado viaje a la Estación Espacial Internacional.

El aparato no llevaba personas a bordo y transportaba suministros destinados a la estación orbital.

El accidente ocurrió a las 19:22 horas de Chile (una hora menos en Virginia).

“Antares” alcanzó a abandonar la plataforma de lanzamiento en el centro espacial Wallops, en la costa de Virginia, pero quedó destruido sólo seis segundos después en medio de un espectacular estallido.

La cápsula debía llevar una carga 2,3 toneladas a la ISS.

La televisión estadounidense mostró imágenes en directo de la inmensa detonación, que lanzó llamaradas a cientos de metros de altura.

La NASA informó que no se registraron víctimas fatales en el incidente.

La base desde la que iba a ser lanzado el cohete se encuentra a algo más de 160 kilómetros al sureste de la capital de Estados Unidos, Washington.

Contratos privados

El Antares, desarrollado por la compañía espacial privada estadounidense Orbital Sciences, compite en el programa comercial de servicios de reabastecimiento (CRS en inglés), desarrollado por la NASA con el fin de transportar suministros a la ISS.

“Hubo un montón de duro trabajo para llegar a este punto”, había dicho el vicepresidente ejecutivo de la empresa, Frank, Culbertson, minutos antes de la enorme explosión.

Los contratos dispuestos por la NASA se han transformado en una de las primeras “ventanas” al emprendimiento privado en el espacio, al tiempo que EE.UU. busca desarrollar lanzaderas propias con el fin de no depender de los servicios que prestan Rusia y Europa.

Washington perdió terreno en este ámbito luego del retiro de los transbordadores espaciales en 2011, y desde entonces se han retrasado los programas para desarrollar naves que sustituyan sus capacidades.