Publicado En: Mar, sep 20th, 2016

Vuestros nombres valientes soldados…

A un grupo no muy numeroso de contemporáneos contertulios, civiles y militares retirados, desde hace algún tiempo se nos ha hecho costumbre ver la Parada del 19 juntos. Después  de “pelear” la pantalla con los más jóvenes, esta se instala estratégicamente entre la parrilla y la mesa, de manera de poder “estar en todas”, viendo pasar las tropas, cocinando, opinando y contaminando con baratos cigarrillos. El despliegue no es menor, la ocasión lo amerita…, se trata de las fiestas patrias, hay mucho que recordar y comentar.“¡Cada vez menos las casas embanderadas!”, comenta uno… “¡Fui a las fondas y lo que menos escuche fue cuecas!”, se lamenta otro… “Si en la calle no hay ambiente dieciochero….” No era el caso nuestro, la cosa literalmente estaba ardiendo.

Con gran puntualidad llegó al parque Cousiño (ahora O´Higgins) la señora Presidente, escoltada por gallardos jinetes de caballería, los mismos de Maipú. Después de pasar revista a los noveles cadetes se dio comienzo a la gran parada militar en honor del Ejército de Chile que cierra las celebraciones del mes de la patria. Durante un par de semanas ha habido Te Deum, galas, ramadas, de un cuanto hay, y no es para menos, son los ritos que le dan vida a nuestra historia, las tradiciones que le dan sentido al carácter nacional y los símbolos patrios que, con honor y gloria, nos han guiado a través del devenir de los tiempos.

El desfile se inicia con un “pie de cuecas” frente a la tribuna presidencial, mientras chinas y huasos ofrecen él tradicional cacho de chicha a las autoridades civiles, militares, diplomáticas… Y por fin la emoción de ver pasar esos viejos uniformes siguiendo airosos a sus invictos y gloriosos estandartes… Después la bizarra tropa, de las cuatro instituciones de las Fuerzas Armadas, que con gallardía y entrega han marchado a lo largo de nuestra historia sirviendo a sus compatriotas en la paz y en la guerra.

Las tribunas y todos lo rincones del parque están atiborrados de público… Son muchos los buenos chilenos que quieren ver pasar a militares, marinos, aviadores y carabineros para representarles la gratitud y admiración del pueblo por sus soldados. El mundo está mirando… Igual que nosotros, en tiempo real, son potencialmente miles de millones los testigos de este acto cívico y republicano ejemplar.

Al terminar la parada, habiendo visto historia viva en nuestra pantalla, y por alguna causa que trascendía la natural emoción, teníamos los corazones apretados, algo nos decía que el cuadro estaba incompleto… Uno de los contertulios se puso de pie y alzando su copa dijo “Brindo por un batallón que no desfiló hoy en el parque, pero que desfila todos los días en el recuerdo de todos sus camaradas de armas y de los chilenos amantes de su patria: brindo por el honor, la gloria y el valor de los soldados que integran el batallón de los olvidados, brindo por nuestros camaradas que se encuentran privados de libertad por venganza, no por justicia”.

Sin mediar acuerdo alguno nos pusimos de pie y cantamos… “Vuestros nombres, valientes soldados, que habéis sido de Chile el sostén, nuestros pechos los llevan grabados, los sabrán nuestros hijos también…” Uno de los presentes agregó “Nuestros pechos serán tu baluarte, con tu nombre sabremos vencer, o tu noble, glorioso estandarte, nos verá combatiendo caer” (de la última estrofa del himno nacional).

Cristián Labbé Galilea
cristián labbé