Ring… ring… ring… “dulce o travesura”
Cada vez que hay un fin de semana largo, irremediablemente vuelve la congestión en peajes, terminales, aeropuertos… ¡no hay caso, el ser humano no cambia! En su imaginación, esos felices viajeros, aventureros y exploradores huyen de la urbe porque van en busca de Shangri-La, el paraíso terrenal, utopía mítica de la felicidad permanente, descrito por James Hilton en su novela Horizontes perdidos (1933). Cómo no arrancarse (a la playa, al campo, adonde sea) en pos esa bella y pacífica ciudad, símbolo del gobierno perfecto, donde solo rigen leyes basadas en la sabiduría, la moderación y el respeto…. ¡Cómo no, si Shangri-la bien vale un atasco!
Atrás queda el mundo real, las réplicas de la gran agitación política producto de las elecciones municipales en las que ganadores y perdedores (incluso empatados) tratan de que, al disiparse la polvareda de una intensa “pelea de gallos” (y gallas… diría la Presidenta), se ordene un poco el tablero político y empiecen las movidas para las próximas elecciones presidenciales.
Sharp, el electo alcalde de Valparaíso, distrae y aprovecha su momento de fama. El ministro Pacheco “se aviva” y abandona el barco para ir al recate de un averiado Lagos que busca, al mejor estilo de Manuel Rodriguez después del desastre de Cancha Rayada (1814), salir a liderar la huestes derrotadas anunciando “aún hay patria, compañeros”. La Presidenta Bachelet quiere seguir gobernando y en cadena nacional, acompañada por unos anónimos personajes, nos anuncia que no ha pasado nada grave y le hace una desconocida a los partidos políticos de la Nueva Mayoría para refugiarse en un comité político pegado con “engrudo”.
Al otro lado, con las fichas blancas de júbilo por el triunfo, Piñera “se sube al anca” de todo caballo ganador que aparezca, incluso de Alessandri, a quien antes de las elecciones trató de “bajar” por todos los medios. Ossandón anuncia que ha juntado las firmas y mueve sabiamente al alcalde Codina, primera mayoría y pilar de su campaña. Kast no se deja estar y se pasea por todos los medios de comunicación anunciando que llegará hasta el final.
En segundas movidas…, la Democracia Cristiana anuncia candidato propio y la senadora Allende baja su candidatura presidencial. Un indefinido Guillier minimiza el desastre electoral en su región esgrimiendo encuestas que lo muestran en posición expectante; MEO, complicado con sus boletas, quisiera voltear el tablero judicial acusando al fiscal, mientras aparecen por ahí otros candidatos, el Gran Maestro Riveros, el profesor Parisi… (Se me acaban el espacio y el tiempo: si olvido a alguien, que me disculpe, no ha sido mi ánimo… ningunearlo).
Sin haber viajado a Shangri-la y manteniéndome aferrado a la realidad, se me ocurre, por ahora, que habrá pocas e irrelevantes primarias, por lo que debieran llegar a primera vuelta más de siete candidatos, de los cuales no más de cinco “jugarán” con alguna posibilidad de pasar a segunda ronda, y así como van las cosas por aquí y por el mundo, se podría dar el caso de que el ballotage fuera entre dos candidatos de la centro derecha, como pasó en Perú (PPK y Keiko Fujimori), o de seguro en Francia (Sarkozy y le Pen).
Concentrado en mis urbanas y políticas especulaciones fui sacado de mi trance por un… ring, ring, ring! Era noche de brujas! Ring, ring, ring, “dulce o travesura”… Los niños se llevaron los dulces y yo seguí pensando en travesuras…, lograr dos candidatos del sector de la sociedad libre para la segunda vuelta… Es noche de brujas: ¡ring… ring… ring… “dulce o travesura”…!