Publicado En: Mie, feb 14th, 2024

La Sensibilidad……¿Qué nos conmueve?, por Marco Peña

La Sensibilidad (y las emociones) ¿Qué nos conmueve? ¿Qué nos sensibiliza y emociona? Si buscamos las definiciones oficiales de lo que reconocemos como sensibilidad podremos ver que se hace referencia a la capacidad propia de los seres vivos de percibir sensaciones, se define también como la tendencia natural del ser humano a sentir emociones, sentimientos. Pero más allá de la definición formal o auténtica me parece interesante (y necesario) reconocer nuestras propias sensibilidades, cómo las sentimos, cómo las vivimos y qué hacemos con ellas. La sensibilidad nos afecta desde diversos contextos, y probablemente algunos nos conducen por un camino más expedito hacia las emociones. Creo tan necesario para nuestra sociedad, para un mejor vivir, abrir paso a las emociones sin prejuicios, sin miedos, poder expresarlas sin temor a la vulnerabilidad, pero para eso, por supuesto, tenemos que transitar todos por un camino armonioso y humano, la empatía es imprescindible para el buen convivir. Ud. me dirá que no podemos funcionar permanentemente sumergidos en un estado de emoción, es cierto, es probable, pero para todo en la vida existe el siempre bienvenido equilibrio, que adosado con cordura y asertividad generan una receta perfecta y saludable. ¿Qué nos conmueve? ¿Qué nos sensibiliza y emociona? Si nos instalamos en el arte con certeza Ud. recordará alguna película, un buen libro o un buena canción, la música es un importante elemento catalizador de las emociones. Si el escenario es el amor ciertamente viviremos de emoción tras emoción, querámoslo o no. El estado de enamoramiento, por ejemplo, puede conducirnos a un rebalse de emociones que sin duda afectarán nuestra quietud, las dulces torpezas serán recurrentes y nos sonrojarán, pero qué importa, hay torpezas que son valiosas y nos abren paso al siempre bienvenido humor, el amor es así y lo sabemos todos. La sensibilidad en el dolor emocional es algo más complejo, quizás difícil de administrar, los que han desarrollado las denominadas habilidades blandas tendrán mayores y mejores posibilidades de sobrellevar los momentos difíciles. Pero ¿qué nos ocurre con la sensibilidad proveniente del dolor de otros? ¿Somos activos ante la desgracia ajena? qué hacemos y cómo lo vivimos es una reflexión que creo todos debemos realizar íntimamente. No basta con sensibilizarnos, la actitud pasiva puede restar valor, hay que intentar dar un paso hacia la acción generosa de la ayuda por la vía que nos resulte posible, la que tenga relación con alguna virtud que nos reconozcamos, la que esté a la mano, sea material o de contención, la que sepamos conducir a buen destino. En resumen, ayudemos desde nuestras capacidades, el resultado será mejor, más eficiente. La sensibilidad nos conduce a un estado emocional que colabora con la mejor convivencia. Lo que pretendo expresar acá es desde la mirada de un simple pasajero de la vida, con el único propósito de compartir reflexiones.

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