Protestas permanentes por cortes de luz, la escasez de agua y la falta de alimentos, mantienen el gobierno dictatorial comunista, colgando de un hilo. Todo esto en medio de una crisis que se hace insostenible para sus sufridos habitantes, que ven como día a día su vida cotidiana es más difícil y subsistir parece una misión imposible.

“Varias personas han expresado su inconformidad con la situación del servicio eléctrico y la distribución de alimentos”, manifestó el dictador Miguel Díaz-Canel en su cuenta de la red social X; al tiempo que advirtió que de “este contexto se intenta aprovechar los enemigos de la Revolución, con fines desestabilizadores”.

El régimen hizo lo que hace siempre: echarle la culpa a otro.