Publicado En: Lun, oct 1st, 2018

Aquí falta una pieza clave…

Imposible no dedicar estas líneas a las tertulias que mantuve estas fiestas con agricultores y emprendedores de la Araucanía y transmitirle a mis leales lectores como ellos suspiraban por lo mal que estaba la zona y por lo esperanzados que estaban con los anuncios presidenciales para la Región….

cristián labbé

Lo que más me impactó fue que uno de mis interlocutores digiera… “Como no va ser irritable que a diario comprobemos que… Dios está en todas partes, pero que solo atienda en Santiago…”

Compartiendo el sentimiento de centralismo que experimentaba nuestro país y de que, en materias políticas y económicas (por decir lo menos), las prioridades parecían estar concentradas en la capital, confieso que siempre quise “sumar aguas” con quienes esperaban confiados el nuevo plan para la Araucanía, señalando que el proyecto contenía muchos elementos positivos y que abría grandes posibilidades para la zona. A modo de arenga, expresaba: “dejemos de lado los pesimismos y adhiramos con fuerza y convicción a esta nueva oportunidad”.

Revisamos muchas veces los contenidos del plan:  491 proyectos que involucran a 10 ministerios y que significan una inversión de más de ocho mil millones de dólares en ocho años que además debieran generar el doble en inversiones privadas durante el mismo periodo… Poco a poco mis interlocutores se fueron convenciendo de que: “la tarea se ha hecho bien y lo que corresponde ahora es sumarse…”

Convencido de las bondades del plan, pero conocedor de las características de nuestros predispuestos emprendedores, en todas las oportunidades que pude, traté discretamente de advertir que estas iniciativas tomaban tiempo, por lo que no solo había que tener paciencia sino que además era preciso apoyar y también presionar (tal como se lee… “presionar”) a las autoridades para que adopten las medidas para generar orden en el sector público y confianza en el privado.

Invariablemente, la conversación siempre derivó al movedizo terreno de la política… “aquí lo que ha faltado es autoridad y decisión, nuestra región que antiguamente fue el granero del país, hoy es la más pobre de todas, la inversión ha sido igual a cero, todo  ello por no tener las cosas claras… se ha permitido que la política divida lo que el tiempo y la historia ha unido”.

 

Reiteradamente mis interlocutores se acordaron de que… “la Junta General de Loncos y Caciques de Nueva Imperial y de las 30 comunas de la Araucanía el 89 nombró a Pinochet, Ulmén Futa Lonco (Lonco de Loncos)…” y se preguntaban…  ¿Qué pasó ahora, porque llegamos a esta intolerancia…?

Por último y después de largas tertulias me quedo con lo que dijo un prestigiado agricultor de la zona… “este proyecto que si bien tiene un alto componente de beneficio productivos económicos y sociales (que se van a demorar en concretarse) ha sido recibido como una respuesta a las presiones violentistas de unos pocos, cuya réplica ha sido quemar camiones y tomarse con una marcha el centro de Temuco… Aquí lo que falta es una pieza clave…que el pueblo mapuche y sus Loncos  adhieran a la verdadera pacificación de la Araucanía y aíslen a los violentistas que quieren quedarse con… el oro y el moro.”

Cristián Labbé Galilea