Publicado En: Mie, feb 21st, 2018

Columna de Rodrigo Eitel, “La despedida a una mala presidenta”. Por favor, no vuelva jamás.

Cuando entré en política, tenía 15 años. Mi primer cargo fue la designación como presidente de la Juventud Comunal de Vitacura, nombrado por el recién designado alcalde, Adolfo Ballas. Luego pre milité en la UDI, donde presidí la juventud de Vitacura y Las Condes. Posteriormente me retiré para incorporarme a Renovación Nacional, donde como pre militanté, también me tocó presidir su juventud pero a nivel nacional, durante el mandato de Andrés Allamand y Alberto Espina, como vicepresidente. A los 19 años me gané mi cupo como candidato a diputado, candidatura que asumí mientras estudiaba Derecho y Periodismo. Al poco tiempo de mi andar en el mundo público,  entendí de que la actividad política debía ser muy noble pero que definitivamente la lucha por el poder a como diera lugar, terminaba por poseer todo corazón,  por muy bueno que fuese. Por eso, decidí retirarme y concentrarme en terminar mi carrera profesional y fundar una institución que realmente cumpla un rol social. Es así como nace la fundación internacional Nuevos Líderes.

Bajo este nuevo rol, en el que la formación de liderazgos  positivos para la sociedad es el eje central, he podido comenzar a observar las conductas políticas y buscar el concepto del “ideal gobernante”.  En estos años en que me desarrollé como joven dirigente y formador de jóvenes emprendedores, he visto y analizado paso a paso, el desempeño del gobierno de Michelle Bachelet. He visto un segundo mandato basado en falsedades, ya que las falsas expectativas han sido eje central del mandato bacheletista. He visto como han instalado impuestos a todo ( impuesto verde, que en realidad es al lujo ), impuesto a las propiedades y una obsesión por subir el costo de vida de un país cuyos ingresos y sueldos no subieron jamás en su mandato. Ha sido un gobierno de reformas mal estructuradas, un gobierno que buscó imponer su ideología socialista antigua, en que la división, el odio y el revanchismo, se impusieron por sobre una visión de estado y  la búsqueda del bienestar común. Vimos una Bachelet con rabia, una  socialista que en sus giras presidenciales homenajeó a gobernantes comunistas que asesinaron a millones de personas, “representando” falsamente el sentir de los chilenos; una Bachelet que no supo enfrentar  con la verdad, el “cagazo” de su hijo, quien estaba usando la Moneda, como su centro político de operaciones.

En este gobierno vimos a una  Bachelet con un 20% de aprobación, evitando incluso asistir a los partidos de fútbol, porque la gente le gritaba “que renuncie”.  En este gobierno hemos visto una Bachelet que no supo poner orden en Carabineros ni que tampoco logró la paz social en La Araucanía, ya que tiene “terror” en reconocer de que existe terrorismo en esa zona, pero ella prefirió callar a pesar de las muertes, quemas de camiones y tomas ilegales que existen, cosa que un buen gobernante jamás debe hacer.

Hoy, busca cerrar con cintas de colores su gobierno, apelando a la mala memoria colectiva, pero olvida que el llevar una agenda valórica liberal, no es suficiente argumento como para pretender calificar su gobierno como “algo bueno que pasó por Chile”. NUNCA ANTES HABÍAMOS TENIDO EL NIVEL DE ENDEUDAMIENTO CON QUE DEJA AL PAÍS ni nunca antes habíamos tenido tanto escándalo por corrupción política. Bachelet no supo gobernar con eficiencia ni ser un ejemplo. Muchas veces prefirió callar y no salir con la frente en alto a reconocer un error. Bachelet llevó al país a sentir una falta de liderazgo e incluso se habló muchas veces de ingobernabilidad  y profunda crisis política. Simplemente como estadista, Bachelet reprobó.  Debe entender que aunque pretenda cambiar la historia ( cosa que la izquierda sabe hacer muy bien ), esta vez será  imposible, ya que nuestro país no se ha dejado engañar fácilmente.

Pero Bachelet procuró dejarnos “un legado”, que estará por mucho tiempo y seguirá creciendo sin control…… una verdadera invasión descontrolada de inmigrantes, a quienes recibió  sin si quiera evaluar si Chile tiene la capacidad laboral, educacional, de vivienda y salud, como  para recibir tanta gente. No se evaluó ni el historial delictual de algunos  ni mucho menos las condiciones de salud. Simplemente se sigue recibiendo centenares de personas, lo cual parece un experimento social cuyas consecuencias  serán vistas en unos años, cuando tanto descontrol, nos pase la cuenta.

Adiós señora Bachelet, al fin se terminaron sus 4 años.  No pretenda ser  recordada como alguien que “hizo bien a Chile”. Descanse y por favor, no vuelva jamás.