Publicado En: Sab, jun 16th, 2018

Sociedad del Conocimiento

Definitivamente vivimos una sociedad de gente apurada que no va a ninguna parte.

La TV nos incita a ver concursos insulsos y pelotudos donde el slogan más apropiado bien podría ser: “El que piensa, pierde”.

Es cierto que conviene hacer un alto en estos convulsos tiempos que vivimos, pero quien evite pensar…como diría el caballo: “Está herrado”.

carlos cantero

Carlos Cantero hace uso de la palabra. A su derecha, el senador Francisco Chahuàn

La Sociedad del Conocimiento  no es parte del futuro. Ya llegó y es nuestro deber incorporarnos a ella, pues de lo contrario quedaremos más pasados de moda que el cassette, el catre de bronce, las polainas o la virginidad.

Me dio pena no ver a ningún medio de comunicación en el Seminario  sobre Adaptabilidad a la Sociedad Digital, realizado en dependencias del ex Congreso Nacional, la semana pasada.

La discreta imaginación  de quienes manejan nuestra TV ya la conozco: unas palabras de Pamela Díaz venden más que una charla de Pablo Valenzuela (Premio Nacional de Ciencias) y una exposición de Claudio Naranjo es casi nada frente al raiting que puede brindar una teta de Pamela Díaz exhibida a todo el país.

Igual me deja intrigado una cosa…y es que cada vez que asisto a un Seminario de este jaez, están los mismos políticos de siempre. El senador Francisco Chahuán, el ex senador Cantero…y a veces se suma Guido Girardi.

¿Será prioridad para la clase política este tema? ¿O se los consume la cotidianeidad?

Edward de Bono, el gurú del pensamiento creativo, cuenta la historia de alguien que tenía un coche con un costado de color blanco y el otro de color negro. Cuando le preguntaron el motivo contestó que se divertía muchísimo al ver a los testigos de sus accidentes discutiendo en el juzgado: «Un coche blanco se saltó el semáforo…»; «no, el que se lo saltó era un coche negro…».

La sociedad que emerge en este final de siglo tiene no dos, sino infinidad de facetas distintas. Depende del ángulo desde el que la observemos, pues la definición y las observaciones de un ingeniero diferirán de las que haga un economista o un político.

Tal vez por ello quienes tratan de esta cuestión -que son muchos- hayan acuñado tantos términos para describir los diferentes aspectos de la época que estamos viviendo: sociedad del conocimiento, sociedad de la información, sociedad interconectada, mundo digital, sociedad postindustrial, sociedad informacional, nueva economía, economía digital, etcétera.

 

El ex parlamentario Carlos Cantero habló firme y claro: la Sociedad Digital debe terminar con la banalidad de una televisión que sólo opera como efecto narcotizante, donde la emoción reemplaza al pensamiento premeditado y el sensacionalismo termina por eclipsar la reflexión oportuna.

Mención aparte merece la preocupación de Cantero por una espiritualidad feble, donde “la ciudadanía percibe la captura de la espiritualidad por un materialismo minimalista de la dignidad humana”.

Nada más cierto. El materialismo exacerbado privilegia en grado superlativo el valor del dinero, casi como escala única para medir no solo estatus, sino valores y principios. “Dime dónde vives y te diré quién eres”.

 

Añadió que se acabó la Era de la Competencia, la que ha sido reemplazada por la de la Colaboración.

Y como más convencen cifras que argumentos, me quedé pasmado cuando Francisco Chahuán señaló que en el año 2040… ¡el 50 por ciento de los chilenos tendrá un padre extranjero!

¡Usted puede concluir cualquier cosa de ello…pero no puede quedarse sin opinión!

Esta realidad está a la vuelta de la esquina…

¿Es buena…mala…regular?

No lo sé, pero que nos va a cambiar el modo de vivir… y convivir, claro que sí.

JORGE ABASOLO