Publicado En: Vie, sep 4th, 2015

Japón: fabrican material para prendas que mide ritmos biológicos

El fabricante textil japonés Toyobo ha desarrollado un material que aplicado en la parte interna de la ropa puede medir ritmos biológicos como la frecuencia cardíaca, la respiratoria y la sudoración.

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El denominado “cocomi” es un material macilento altamente conductivo que se coloca entre capas de resina a modo de circuito, según explica la compañía en un comunicado.

La parte que toca la piel recibe señales eléctricas de los músculos apenas perceptibles y envía los datos a un teléfono inteligente u otro dispositivo similar que muestra la información.

La compañía planea utilizar el material en prendas de deporte gracias a sus altas propiedades elásticas y a lo fino que es (unos 0,3 milímetros de grosor).

Lograr esta elasticidad fue un “reto” para Toyobo, ya que los materiales conductores convencionales no son elásticos y carecen de precisión dada su incapacidad de “seguir adecuadamente el movimiento del cuerpo”.

El material también podría encontrar usos en campos como la medicina.

“Es posible conocer el estado fisiológico y psicológico de una persona a través datos recogidos por el dispositivo conociendo, por ejemplo, el grado de relajación o somnolencia de un individuo”, explicó el fabricante.

La compañía indicó que el material “cocomi” también puede aplicarse a otras superficies que no sean ropa.

Toyobo, que decidió invertir en este campo debido al “creciente interés que generan los dispositivos de medición de información biológica para vestir”, planea comercializar el material en 2017 de forma conjunta con otras empresas del sector textil y de diversas áreas, informó hoy el diario Asahi.

Durante ese año, la compañía prevé unas ventas de unos 200 millones de yenes (1,47 millones de euros/1,65 millones de dólares).

El fabricante textil Toray y la compañía telefónica nipona NTT presentaron el pasado año una propuesta similar, un tejido para elaborar prendas capaces de tomar el pulso y medir otras constantes vitales.

EFE