Publicado En: Mie, ene 21st, 2015

Desde al menos seis meses la economía venezolana sufre con gran intensidad de escasez.

Aunque la ley venezolana establece que el mensaje anual del Presidente de la República ante la Asamblea Nacional debe hacerse cada 15 de enero, la gira internacional de trece días recién finalizada de Nicolás Maduro ocasionó un retraso inesperado: será mañana, cuando el mandatario acuda al parlamento y finalmente haga los anuncios económicos con los que se espera corrija el accidentado rumbo financiero y productivo de su país.

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“Anunciaré un conjunto de medidas para acelerar la transición económica al socialismo productivo, para cambiar todo lo que haya que cambiar”, afirmó Maduro tras aterrizar del viaje que lo llevó a Rusia, China, Irán, Arabia Saudí, Catar, Argelia y Portugal, en busca de auxilio financiero por la caída de los precios del petróleo. (Lea también: A Venezuela se le acabó el margen de maniobra)

La expectativa en torno a esta alocución es inmensa, pues desde hace al menos seis meses la economía venezolana sufre con gran intensidad de escasez –de hasta 90 por ciento en alimentos básicos– e inflación –que en el 2014 cerró por encima del 60 por ciento–, ocasionadas por el desmantelamiento del aparato productivo y la existencia de un control de cambio de múltiples precios, en el que cada vez es menor la cantidad de divisas del Estado.

El mandatario venezolano ha prometido en al menos cuatro ocasiones que hará correctivos de fondo para mejorar la economía, pero esto no ha ocurrido. Apenas creó el Estado Mayor Económico y anunció más controles para fijar “precios justos”, que no han mejorado ni el abastecimiento ni la producción. (Lea también: Filas de 12 horas para acceder a productos básicos en Venezuela).

Analistas de todo tenor aseguran que entre las medidas impostergables que debe tomar el Gobierno están la devaluación del bolívar, el recorte del gasto público y eliminar el financiamiento de la deuda interna con dinero inorgánico del Banco Central de Venezuela. Cualquiera de ellas, en diferentes medidas, significaría un golpe fuerte al bolsillo de los venezolanos a corto plazo, por lo que sus ciudadanos se preguntan si en medio de la fuerte crisis económica del país, pero también de popularidad del presidente Maduro, este se atreverá a tomarlas.