Publicado En: Vie, sep 4th, 2015

Alcaldes de ciudades fronterizas con México en Texas rechazan el muro fronterizo de Donald Trump

Los planes del aspirante a la nominación presidencial republicana, Donald Trump, de construir un muro a todo lo largo de la frontera con México, recibió el rechazo de los alcaldes del sur de Texas. No quieren vallas que aíslen al vecino del sur, sino más cooperación, sobre todo en el campo económico.
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A mediados de agosto la campaña del magnate inmobiliario presentó un documento que detalla un plan migratorio que ha había esbozado en las semanas previas y que incluye, además de la deportación de los 11.3 millones de indocumentados, la construcción de un muro a lo largo de la frontera de 3,200 kilómetros. Y aseguró que obligaría a México a pagar la obra.
 
En el mismo discurso propuso confiscar todos los pagos de remesas derivados de salarios fuera de la ley.
Dos semanas después, algunos alcaldes de la zona fronteriza del Valle del Río Grande, Texas, que se han alineado con los conservadores a los que coquetea Trump, dijeron a la agencia Efe que o quieren oír hablar del proyecto.
“Necesitamos proteger a nuestros socios en el sur”, dijo Beto Salinas, alcalde de Mission, ciudad de 80 mil habitantes. “Tenemos a mucha gente de México invirtiendo aquí y esa es la razón del éxito de Mission”, agregó.
 
Cuando Trump visitó un tramo de la frontera de Texas invitado por el sindicato de la Patrulla Fronteriza, Salinas no fue. La semana pasada, sin embargo, recibió a Jeb Bush cuando visitó McAllen, también en Texas.
Bush va detrás del magnate en las encuestas y, al igual que Trump, presentó en agosto los lineamientos de un plan de reforma migratoria pero distinto. El exgobernador de Florida basa su proyecto en un fuerte componente de seguridad nacional y luego la promesa de tratar la legalización de los 11 millones de indocumentados que viven en el país.
 
“Al menos los planes de Bush son realistas”, dijo Jim Darling, el alcalde independiente de la fronteriza McAllen, a la agencia Efe. El edil agregó que a los políticos republicanos les gusta hacerse la foto patrullando el río y a los demócratas visitando centros de detención de inmigrantes.
Campaña agitada
Tanto el muro como el resto del discurso migratorio de Trump levantan polvareda en Estados Unidos, llevando a la mayoría de los contendientes por la nominación presidencial republicana a proponer medidas severas, tales como cambiar la Enmienda 14 para negar la ciudadanía automática a los hijos de los indocumentados nacidos en Estados Unidos, o rastrear a los sin papeles como lo hace FedEx con los paquetes, una idea sugerida el fin de semana el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie.
 
No todos, sin embargo, compran el discurso sobre lo que harían con los indocumentados si llegan a la Casa Blanca. “No veo ningún plan o razonamiento serio en los planteamientos de Trump”, dijo recientemente a Univision Noticias Roberto Izurieta, director del departamento de Política Latinoamericana de la Universidad George Washington. “No hay nada serio al respecto. En mi opinión es solo retórica”.
La realidad en la frontera no es como la pintan quienes atacan a los indocumentados. Entre las ciudades de Hidalgo y Reynosa, donde se ubica uno de los seis puentes de esta región del sur, a diario transitan más de 30 mil vehículos y dependen del intercambio entre ambos países para el desarrollo económico con políticas de visados sólidas, no con muros que ahogarían una de las regiones más pobres de Estados Unidos, escribe Efe.
 
“No hay que ser muy listo para darse cuenta del gran potencial de más cooperación económica con México”, explica Darling, que pone como ejemplo las “maquiladoras”, centros de ensamblaje, propiedad de empresas de Estados Unidos, que han aprovechado de la mano de obra barata para externalizar la producción al estado de Tamaulipas.
La región fronteriza de El Valle ha experimentado una revolución económica y demográfica en pocos años gracias al libre comercio con México y la inmigración, permitiendo que una zona con alta pobreza crezca por encima de la media nacional y del estado.

En algunas porciones del terreno el muro no existe, por lo que no hay división entre México y EEUU.

Comercio en auge
Un estudio de la Reserva Federal de Dallas revela que los mexicanos gastan unos $4,500 millones de dólares anuales en compras minoristas en el lado texano de la frontera, algo que se puede constatar con un paseo por “La Plaza Mall”, un centro comercial donde se habla español casi en exclusiva y en cuyo estacionamiento las matrículas de estados mexicanos compiten en número con las de Texas.
“Nosotros somos los que estamos en la primera línea cuando hay desacuerdos”, asegura Darling -que ha apoyado al gobernador republicano de Texas, Greg Abbott- en referencia a las divisiones en el Congreso estadounidense para aprobar una reforma migratoria o para coordinar políticas de desarrollo y seguridad con México.
Abbott, siendo gobernador electo de Texas, encabezó la demanda contra la Acción Ejecutiva del presidente Barack Obama del 20 de noviembre del año pasado, que ampara de la deportación a unos 5 millones de indocumentados padres de ciudadanos y residentes permanentes, y dreamers protegidos por la Acción Diferida de 2012.
La medida, que fue respaldada por otros 25 estados, se encuentra detenida en las cortes.
Para Gilberto Hinojosa, presidente del Partido Demócrata de Texas y vecino de McAllen, propuestas como la del muro o deportar a los 11 millones de inmigrantes indocumentados que aportan su trabajo a la economía estadounidense están motivadas por puro “racismo”.
“El primer afectado es Estados Unidos, aquí hay intercambios, comercio e inversiones; muchas compañías que se benefician (…) Además de eso, los inmigrantes indocumentados hacen trabajos que nadie quiere y sus hijos, totalmente integrados, nos representan por el mundo con orgullo”, explica Hinojosa.
Sube el tono
Trump, con su enfoque en el tema de la inmigración, ha subido en las encuestas en la carrera hacia las elecciones presidenciales.
El embajador mexicano designado en Estados Unidos, Miguel Basáñez, dijo la semana pasada que los dichos y propuestas sobre migración de Trump son parte de una maniobra política y que terminará por ofrecer una disculpa a los mexicanos.
“Él sabe muy bien que lo que dice es totalmente falso”, señaló el diplomático en una reunión ante senadores como parte de las sesiones para analizar su ratificación como embajador en el vecino país.
“Trump sabe muy bien que se va a disculpar con los mexicanos y que lo que está haciendo ahorita es simplemente una parte de las precampañas”, añadió ante preguntas de senadores sobre su posición acerca de los comentarios del aspirante republicano.
A su vez, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto ha calificado insistentemente de racistas y prejuiciosas las posiciones de Trump sobre el tema.
También la semana pasada Bush, durante una visita a McCallen, Texas, dijo que el muro sugerido por Trump “no se va a implementar”.
(Con información de agencias.)
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